Salazar llama a Lucas y se citan en una cabaña, donde acude con Félix, el siquiatra de Paco. Cuando L
ucas llega al sitio citado, sospecha de que les han tendido una trampa mientras su acompañante le intenta hacer ver que no estuvo bien lo de secuestrar a Sara, aunque fuera para decirla lo mucho que la quiere. Para asegurarse de que todo iba a salir bien, Lucas pone kilos de dinamita cerca de la cabaña, bajo la tierra.
Cuando llega la banda de Salazar, Lucas los ve desde la ventana y le da una de las pistolas a su nuevo siquiatra, aunque a este le dan pánico las armas, Pero a pesar de todo su miedo, tuvo que usarla y no dudó de ello. Cuando ya Lucas estaba sin fuerzas, recibió una llamada, la llamada que estaba esperando durante 7 meses. Y fue una llamada muy importante ya que Lucas recuperó todas las fuerzas que le hacían falta para salir de aquella tramp
a, Sara le dijo que le quería. Y así lograron salir de aquél espantoso lugar, los de la banda de Salazar se fueron por órdenes de su jefa y mandaron a uno de los suyos a que fuera dentro de la cabaña para comprobar que Lucas estaba muerto, pero nunca volvió a salir. Bueno, cuando todos se habían ido, Félix y Lcas se despistaron y no volvieron a ver a su secuestrado, el mismo que le vendió la máquina de baile de Mariano con 5 kilos de explosivo dentro.
Lola ha conseguido que vayan a grabar un anuncio publicitario en el bar Los Cachis y todos quieren participar, pero el director del rodaje sólo tiene la intención de sacar a los más guapos y dejar fuera a Don Lorenzo, Paco, Mariano, Povedilla, Kike, Curtis y Rita, todos ellos emocionados ante la idea de aparecer en el anuncio.
Mariano descubre la máquina de bailar que le compró Lucas, y en la que la banda de Salazar ha colocado una bomba. Mariano, ilusionado, no puede esperar a estrenarla y se pone a bailar sin saber que si para o falla en el baile, la bomba estallará.
Por otro lado, Silvia le deja claro a Pepa que sólo está interesada en los hombres, no en las mujeres.
Sara se comportó como una auténtica policía y desactivó la bomba que tenía Mariano bajo sus pies.
Por Rocío Nadal
ucas llega al sitio citado, sospecha de que les han tendido una trampa mientras su acompañante le intenta hacer ver que no estuvo bien lo de secuestrar a Sara, aunque fuera para decirla lo mucho que la quiere. Para asegurarse de que todo iba a salir bien, Lucas pone kilos de dinamita cerca de la cabaña, bajo la tierra.Cuando llega la banda de Salazar, Lucas los ve desde la ventana y le da una de las pistolas a su nuevo siquiatra, aunque a este le dan pánico las armas, Pero a pesar de todo su miedo, tuvo que usarla y no dudó de ello. Cuando ya Lucas estaba sin fuerzas, recibió una llamada, la llamada que estaba esperando durante 7 meses. Y fue una llamada muy importante ya que Lucas recuperó todas las fuerzas que le hacían falta para salir de aquella tramp
a, Sara le dijo que le quería. Y así lograron salir de aquél espantoso lugar, los de la banda de Salazar se fueron por órdenes de su jefa y mandaron a uno de los suyos a que fuera dentro de la cabaña para comprobar que Lucas estaba muerto, pero nunca volvió a salir. Bueno, cuando todos se habían ido, Félix y Lcas se despistaron y no volvieron a ver a su secuestrado, el mismo que le vendió la máquina de baile de Mariano con 5 kilos de explosivo dentro.Lola ha conseguido que vayan a grabar un anuncio publicitario en el bar Los Cachis y todos quieren participar, pero el director del rodaje sólo tiene la intención de sacar a los más guapos y dejar fuera a Don Lorenzo, Paco, Mariano, Povedilla, Kike, Curtis y Rita, todos ellos emocionados ante la idea de aparecer en el anuncio.
Mariano descubre la máquina de bailar que le compró Lucas, y en la que la banda de Salazar ha colocado una bomba. Mariano, ilusionado, no puede esperar a estrenarla y se pone a bailar sin saber que si para o falla en el baile, la bomba estallará.
Por otro lado, Silvia le deja claro a Pepa que sólo está interesada en los hombres, no en las mujeres.
Sara se comportó como una auténtica policía y desactivó la bomba que tenía Mariano bajo sus pies.
Por Rocío Nadal
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