Tras la muerte del agente Smith, La INTERPOL vuelve a incorporar a Lucas al caso como infiltrado ya que es la única conexión con Salazar. Paco y Mariano no quieren dejar sólo a su amigo, por lo que se ofrecen para coordinar el caso y Don Lorenzo le entrega a Paco el número de la clave secreta que Lucas tiene que conseguir. Por otro lado, Lucas confiesa a Sara que ahora es un contra infiltrado de Salazar.
Don Lorenzo solicita un informe completo sobre cómo murió el agente Smith y Paco, Mariano, Curtis, Kike, Rita y Povedilla se van al lugar del crimen para reconstruir los hechos. Al no obtener información suficiente en la escena del crimen, Kike sugiere contactar con una médium para que les diga cómo murió el difunto.
Aitor no puede olvidar a Carlota y sigue investigando por su cuenta, hasta el punto de enfrentarse a Lucas y acusarle de querer separarles. Sin embargo, cuando consigue la llave del trastero y descubre las cosas personales de Carlota, está aún más seguro de que Lucas le oculta algo. Sara, en un intento de tranquilizar Aitor, se inventa que Carlota se fue a Argentina porque necesitaba un poco de aire.
Lorenzo les da el día libre a Povedilla y Rita para que se vayan a cenar los dos solos y el inspector se hace cargo de la pequeña de la comisaria, que no para de llorar hasta que Mariano se viste de mujer para hacerla ver que es su madre, la niña deja de llorar Sara se va a cuidar a Lucas de que no haga ninguna tontería, aunque este se va al encuentro de Salazar y Sara le sigue, los hombres de Salazar la ven aunque Lucas consigue que pueda escapar y nadie la pille.
Por Rocío Nadal
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